Esta bebida nació durante la Segunda Guerra Mundial en el
Tercer Reich después de que Coca-Cola cortara el suministro al país germano.
Anuncio de la época en el que se publicita esta bebida
afrutada.
Muchas marcas son conocidas por haber colaborado con Alemania
durante la Segunda Guerra Mundial o por haber sido creadas en los turbulentos
años en los que los seguidores de Hitler estuvieron en el poder. Sin embargo,
uno de los casos más curiosos, junto con el de la popular firma de ropa “Hugo
Boss”, es el de “Fanta”. Y es que, este conocido refresco nació durante el
régimen nazi como respuesta al abrumador monopolio de Coca-Cola.
La producción de esta bebida, que cuenta con millones de
clientes a nivel mundial, se remonta a 1942. Ese año Alemania ya había iniciado
la conocida como “Operación Barbarroja”, mediante la que los
nacionalsocialistas pretendían conquistar la Unión Soviética.
Los problemas de los nazis comenzaban a ser cada vez más
graves, y, justo en ese momento, surgió otra complicación: Coca-Cola decidió
dejar de enviar el jarabe con el que se fabricaba su bebida a los germanos,
según explica el historiador y periodista Jesús Hernández en su libro
«Historias asombrosas de la Segunda Guerra Mundial» (el cual presenta en su
blog personal).
Coca-Cola en la Alemania nazi.
Y es que, en contra de lo que pueda parecer, los alemanes
eran grandes seguidores de este refresco nacido en EE.UU. «Antes de que
estallase la Segunda Guerra Mundial, en Alemania se vendían cerca de cinco
millones de botellas de Coca-Cola anuales, producidas en las 43 fábricas que la
marca poseía en el país» explica Hernández.
Sin embargo, y curiosamente, desde que este refresco llegó a
Alemania en 1930, Coca-Cola había apostado por presentarse como una marca local
que únicamente existía en este país. De esta forma, se aseguraban un mayor número
de ventas en un territorio en el que los productos propios eran mejor
considerados. «Por ejemplo, los prisioneros germanos que serían trasladados
durante la contienda a Estados Unidos se sorprendían de que allí se vendiese
también esa bebida» determina el historiador.
“Goering” intentó nacionalizar Coca-Cola sin éxito.
Así, y desde su llegada a Alemania hasta el inicio de la
guerra, Coca-Cola estuvo presente de forma masiva en el país a través de su
filial germana “Coca-Cola GmbH”. De hecho, esta bebida era tan vendida que
incluso “Hermann Goering” (mano derecha de Hitler y comandante de la fuerza
aérea nazi) favoreció la expansión de la compañía, aunque con un curioso
propósito: «Su objetivo final era nacionalizar la empresa y apropiarse de la
fórmula que posibilitaba su fabricación», afirma Hernández.
El problema llegó en diciembre de 1941, cuando los EE. UU
entraron en la guerra, ya que las relaciones entre Coca-Cola “GmbH” y la
empresa madre se cortaron. «Los empresarios alemanes dueños de las
embotelladoras -entre ellos “Max Schmeling”, el campeón mundial de boxeo- se
encontraron con la imposibilidad de seguir fabricando la bebida. Así pues, el
director de Coca-Cola “GmbH,Max Keith”, quien ocupaba el cargo desde 1938,
decidió crear una nueva bebida que permitiera rentabilizar las costosas
instalaciones y continuar así con el negocio» sentencia el experto.
“Fanta”
Según explica Hernández, en ese momento comenzaron las
pruebas para crear un nuevo refresco que, al menos, alcanzara unas ventas
similares a las de Coca-Cola. Tras varios intentos se consiguió obtener
finalmente una bebida con sabor a fruta creada con productos excedentes. «La
fórmula era variable, puesto que dependía de las existencias que hubiera en
cada momento, pero el brebaje solía contener fruta, pulpa de manzana empleada
en la fabricación de sidra, subproductos de la industria del queso, y endulzado
todo ello con sacarina y un pequeño porcentaje de azúcar» concreta el
historiador.
El nombre proviene de “fantasie” (fantasía en alemán).
Pero aún faltaba el nombre. «Según Max Keith, debía ser
impactante y fácil de recordar» establece Hernández. Finalmente, el director
propuso un concurso entre sus empleados para decidir cómo llamar al refresco.
«Joe Knipp, un veterano vendedor, reflexionó sobre las indicaciones de Keith,
que les había propuesto que dejaran volar su imaginación y fantasía para
encontrar el nombre adecuado, y propuso el de ‘Fanta’, derivándolo de la
palabra “Fantasie” (fantasía en alemán)» sentencia. La idea cautivó a los directivos.
La “Fanta” acaba de salir al mercado.
«La marca quedó registrada, se creó una botella de diseño
exclusivo y la maquinaria de venta se puso de nuevo en marcha» determina
Hernández. A su vez, y por temor a que los potenciales clientes no confiaran
demasiado en esta nueva bebida por no ser aún una marca conocida, se recurrió a
una curiosa solución. «Se decidió incluir la frase ‘es un producto de Coca-Cola
GmbH’, como garantía de calidad» sentencia el historiador.
El nuevo refresco fue un éxito rotundo y en 1943 se
vendieron tres millones de botellas, sólo dos millones menos que de Coca Cola
en años anteriores. Sin embargo, y según Hernández, las cifras podían estar
algo falseadas, pues la población compraba “Fanta” para «endulzar las
infusiones» debido a que el racionamiento de azúcar era extremo entre los
alemanes. En cualquier caso, había nacido una nueva bebida, y lo había hecho
bajo el régimen nazi.
¿Colaboración?
A pesar del gran éxito del refresco creado por Max Keith,
siempre se tuvo la duda de si este empresario y visionario colaboraba o no con
el régimen nazi. Y es que, por un lado, nunca se mostró partidario de Hitler,
pero, por otro, Alemania le encomendó la dirección de las diferentes
delegaciones de Coca-Cola en los países ocupados.
Se desestimó que “Fanta” hubiera ayudado a los
nazis.
De hecho, esta duda se mantuvo hasta el final de la guerra.
«En la sede central de la compañía, en la ciudad norteamericana de Atlanta,
tampoco sabían si Keith trabajaba para los nazis o se limitaba a mantener la
producción de las fábricas de Coca-Cola por lealtad a la empresa» sentencia
Hernández en su libro.
Lo que, según el historiador, si se sabe es que Keith se ofreció
a ayudar a la población que había sufrido bombardeos transportando agua potable
con sus camiones de reparto. Además, al final el directivo tuvo poco que
agradecer a británicos y americanos, pues las 43 fábricas de “Fanta” que
existían en Alemania fueron bombardeadas hasta su destrucción por aviones
aliados.
Coca-Cola, a la caza.
Coca-Cola decidió investigar el
posible colaboracionismo con el régimen nazi de Keith. «La compañía comprobó
que el antiguo responsable de la compañía no había apoyado al régimen y que
incluso había llevado a cabo acciones encaminadas a proteger a algunos
empleados que estaban en el punto de mira de la Gestapo» destaca Jesús
Hernández.
«En medio de un país en ruinas, se reinició casi de
inmediato la fabricación de Coca-Cola, así como la de “Fanta”, cambiando en
este caso los precarios ingredientes que se habían utilizado hasta el momento»
sentencia el periodista. A finales de los 60 Coca-Cola compró “Fanta” e inició
la exportación a EE.UU. Y es que, los vencedores estaban ansiosos de que sus
compatriotas probaran este original refresco, el cual había nacido gracias a
que ellos, un día de 1941, dejaron de exportar jarabe de Coca-Cola a Alemania.
4 Preguntas a Jesús Hernández.
“M.P.VMADRID”
1- ¿Colaboró “Fanta” con el régimen nazi?
Aunque “Fanta” nació bajo el Tercer Reich, el director de la
empresa, Max Keith, no puso a esa marca al servicio del nazismo; no hizo nada
por identificarla simbólicamente con el régimen, algo que quizás le hubiera
reportado más beneficios. El hecho de que no estuviera afiliado al partido
nazi, y que superase las exhaustivas investigaciones a las que fue sometido
tras la guerra, lleva a pensar que Keith tenía sentimientos antinazis; también
hay indicios de que salvó a algunos trabajadores de las garras de la Gestapo.
2- ¿Por qué cree que se creó esta bebida? ¿Era para luchar
de algún modo contra EE. UU?
No creo que así fuera. El objetivo principal era extraer un
rendimiento económico de las plantas alemanas de Coca-Cola que ya no podían
producir esta bebida tras la entrada en la guerra de Estados Unidos. Tampoco se
explotó esa dicotomía, ya que, curiosamente, la marca Coca-Cola no era
identificada por los alemanes como un símbolo norteamericano. Pero hubiera sido
curioso haber presenciado esa rivalidad entre las dos bebidas, como
representantes de los respectivos modos de vida.
3-Los americanos bebían Coca-Cola en el frente ¿Les sucedía
lo mismo a los alemanes con Fanta?
No me consta que se enviasen al frente las botellas de “Fanta”,
y es lógico que así fuera. En 1943, la situación bélica comenzaba a ser muy
delicada para la “Wehrmacht” y entre las prioridades no debía figurar el envío
de refrescos. En cambio, para los norteamericanos, el que cualquier soldado
pudiera tener cerca de posibilidad de conseguir una Coca-Cola, y a un precio
muy asequible, se convirtió en una prioridad con el objeto de mantener la moral
alta.
4- ¿Cómo pasó “Fanta” de ser una bebida alemana local a ser
conocida a nivel mundial?
En los años sesenta, con la compra de la marca por Coca-Cola
y su expansión por el mercado norteamericano se produjo su definitiva
internacionalización, difuminando totalmente su pasado. De hecho, pese a ser
una bebida de origen germano, nadie identifica a “Fanta” con Alemania, y mucho
menos con la Alemania nazi. No obstante, a pesar de ese origen turbio, “Fanta”
no fue un instrumento del Tercer Reich para llevar a cabo su política criminal,
como sucedió con otras empresas que sí colaboraron activamente con el régimen
nazi.
0 comentarios:
Publicar un comentario